“El hombre es un animal de costumbres, más que de razón”, decía Voltaire. ¿Acaso no es también un animal de emociones?
Enfrentándonos al Espejo de las Emociones
Vivimos en una sociedad que con frecuencia silencia el vasto lenguaje de las emociones, ese diálogo silente que resuena en cada uno de nosotros.
Los niños, esos seres inocentes y vírgenes de prejuicios, son educados en un sistema que aplaca la efusión emocional, que reprime el llanto y el enfado, y que camufla la tristeza en la risa forzada.
La Emoción: Un Espíritu Indomable
Nuestro enfado, esa bestia indomable, nace de las historias que nos contamos a nosotros mismos. Es un eco de nuestra percepción del mundo exterior, un reflejo de nuestra falta de control sobre lo que nos rodea. Pero, ¿qué ocurre cuando liberamos esa emoción, cuando dejamos que la tristeza y el enfado se desborden como un río desbocado?
La Liberación de la Expresión
Un fenómeno curioso ocurre cuando empezamos a verbalizar nuestras emociones, a darles vida a través de las palabras. Es como si una presión antigua, que llevábamos dentro desde hace tiempo, comenzara a disolverse.
No todos poseen la capacidad natural para hacerlo, ya que muchos de nosotros hemos sido entrenados para mantener nuestras emociones enjauladas. Pero una vez que nos permitimos expresar nuestras emociones, se produce un alivio, una sensación de liberación que no tiene igual.
El Bloqueo Emocional: Un Muro Infranqueable
Cuando nos encontramos atrapados en nuestras emociones, nos volvemos sordos a las palabras del exterior. Nuestro patrón de pensamiento nos ciega a la realidad, distorsionando lo que los demás nos dicen. Es como si nuestro observador interno interpretara una realidad distinta, una en la que los demás no actúan con buena fe.
La Resolución Positiva: Un Paso Hacia el Autoconocimiento
Al cambiar nuestro patrón de funcionamiento y liberar nuestras emociones, finalmente podemos escuchar y observar lo que realmente nos están diciendo los demás. Al expresar lo que sentimos, utilizamos la misma energía que alimenta nuestro enfado, pero la canalizamos de una forma que promueve una resolución positiva.
Este acto de liberación emocional no solo nos permite comunicarnos más abierta y honestamente con los demás, sino que también nos fortalece, elevando nuestra autoestima y dándonos la confianza para explorar nuestro mundo emocional interior.
La danza de las emociones es una que todos debemos aprender a bailar, una danza que requiere tanto de la liberación como de la contención. Solo entonces podremos enfrentarnos al espejo de nuestras emociones y ver reflejados, no solo nuestros miedos y frustraciones, sino también nuestras esperanzas y alegrías.
El Poder Transformador de la Comunicación
La comunicación, ese tejido que conecta a las personas, es una herramienta poderosa en nuestra exploración emocional. Al aprender a verbalizar nuestros sentimientos, no solo encontramos un medio para desahogar nuestras emociones, sino también una forma de entenderlas mejor. ¿No es acaso la emoción, en su esencia, una forma de comunicación interna, un lenguaje que nuestro ser utiliza para hablarnos a nosotros mismos?
La Autoestima: La Llave al Mundo Exterior
Nuestra autoestima, ese preciado tesoro que llevamos dentro, se ve fortalecida cuando nos permitimos expresar nuestras emociones de manera auténtica y sin filtros. Al hacerlo, nos liberamos de la carga de la represión y nos permitimos ser vistos tal y como somos, con todas nuestras imperfecciones y humanidad. Al liberar nuestras emociones, nos convertimos en arquitectos de nuestra propia autoestima, utilizando la energía de nuestras emociones para construir un puente entre nuestro mundo interior y el exterior.
La Práctica de la Autoconsciencia
La autoconsciencia es una práctica constante. No es un estado que se alcanza de la noche a la mañana, sino un camino que se recorre paso a paso, día a día. Al permitirnos sentir nuestras emociones y expresarlas, nos volvemos más conscientes de nosotros mismos, de nuestras necesidades y deseos, de nuestras fortalezas y debilidades. Esta conciencia es la que nos permite ser más auténticos, más nosotros mismos.
El Desafío de la Autenticidad
Pero este camino no está exento de desafíos. La sociedad, a menudo, se resiste a la autenticidad emocional, favoreciendo la conformidad y la represión sobre la honestidad y la apertura. Pero debemos recordar que nuestras emociones son nuestras, y solo nosotros podemos decidir cómo, cuándo y dónde expresarlas. Al hacerlo, nos permitimos vivir de manera más auténtica y conectada, tanto con nosotros mismos como con los demás.
La danza de las emociones continúa, y cada paso que damos nos lleva a un mayor entendimiento de nosotros mismos. Así, transformamos nuestro enfado en una fuerza para el cambio y la autoexpresión, un faro que nos guía en nuestro viaje hacia el autoconocimiento.
La Danza Emocional y el Método OSAR
El método OSAR (Observar, Sistema de Creencias, Acción y Resultado) del coaching ontológico ofrece un marco útil para comprender y manejar nuestras emociones. Veamos cómo podemos aplicar este método en el contexto de nuestra danza emocional.
Observar: El Primer Paso Hacia la Autoconciencia
Como ya hemos mencionado, la autoconciencia es esencial en el manejo de nuestras emociones. Este es precisamente el primer paso del método OSAR: Observar. Aquí, nos enfocamos en percibir nuestras emociones, en ser conscientes de lo que sentimos. ¿Estamos enojados, tristes, felices? Al observar nuestras emociones, abrimos la puerta a una mayor comprensión de nosotros mismos.
Sistema de Creencias: El Marco que da Forma a Nuestras Emociones
El siguiente paso es el Sistema de Creencias. Nuestras emociones no existen en el vacío; son moldeadas y definidas por nuestras creencias. ¿Creemos que está mal expresar enfado? ¿Creemos que debemos esconder nuestra tristeza? Al examinar nuestras creencias, podemos empezar a entender cómo dan forma a nuestras emociones y cómo pueden estar limitando nuestra capacidad para manejarlas de manera efectiva.
Acción: La Manifestación de Nuestras Emociones
Una vez que hemos observado nuestras emociones y examinado nuestras creencias, podemos tomar Acción. En el contexto de las emociones, esto podría implicar la expresión de nuestras emociones, ya sea a través de palabras, arte, música, o cualquier otro medio que nos permita liberar y procesar nuestras emociones. Este paso también puede involucrar la modificación de nuestras creencias limitantes para permitir una mayor libertad emocional.
Resultado: La Realización de Nuestro Potencial Emocional
El último paso es el Resultado. Aquí, evaluamos los resultados de nuestras acciones. ¿Nos sentimos más liberados después de expresar nuestras emociones? ¿Nos sentimos más en paz con nosotros mismos después de cambiar nuestras creencias limitantes? Este paso nos permite ver cómo nuestras acciones han afectado nuestras emociones y nos da la oportunidad de ajustar nuestras acciones y creencias para lograr resultados más positivos en el futuro.
En conclusión, el método OSAR ofrece un camino hacia la gestión efectiva de nuestras emociones. A través de la observación, la comprensión de nuestras creencias, la toma de acción y la evaluación de los resultados, podemos aprender a bailar con nuestras emociones en lugar de luchar contra ellas, logrando así un mayor equilibrio y bienestar emocional.
Si te interesa expandir tus horizontes en crecimiento personal y profesional, desatar tu auténtico potencial humano y descubrir la alegría y serenidad que buscas en la vida, te animo a indagar en nuestros programas enfocados en el desarrollo personal y profesional haciendo clic aquí:
Leave a Reply