El poder del Reencuadre en la PNL: Aprendiendo a Quererse a Sí Mismo”

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“Cuando cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian.” – Wayne Dyer

Aprendiendo a quererse a sí mismo

Bienvenidos, amigos. Hoy vamos a hablar de algo que no solo transformará su mente, sino también su corazón. Se trata de amarse a uno mismo a través de la programación neurolingüística.

Imagínate enfrentando tus miedos y limitaciones, pero con un nuevo lente. Estás cultivando el amor propio a medida que desafías esas antiguas narrativas.

Ahora, ¿qué si te dijera que la clave para hacer esto está en cómo enmarcas tu experiencia? Sí, mediante el reencuadre, estás efectivamente construyendo una relación más sana contigo mismo.

Por último, este enfoque no es solo mental, es emocional. Al cambiar la lente, te estás permitiendo sentir de una manera que realmente fortalece el aprecio por ti mismo.

Ahora, sumérgete conmigo en esta aventura de autodescubrimiento y transformación.

Así que te encuentras en una encrucijada, ¿verdad? Ah, pero no es una barrera; es una señalización hacia algo mejor. Cambia el marco y verás que estás en la cúspide de un nuevo comienzo.

La ansiedad, la duda, todos esos demonios internos. No son enemigos; son maestros disfrazados. Al enfrentarlos, estás enriqueciendo tu autoestima

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¿Te sientes atrapado en un trabajo que no te satisface? No estás encerrado; estás en una sala de espera para tu próxima gran aventura. Es un entrenamiento en autocompasión y paciencia.

Recuerda, el reencuadre no es evasión; es transformación. Es como darle un giro a una llave que ya tienes, pero no sabías cómo usar. Al hacerlo, te abres a un amor propio más profundo.

La belleza del reencuadre es que te otorga control creativo sobre tu vida. No estás a merced de la historia; eres su autor. Y al escribirla, te conviertes en un maestro en el arte de quererte a ti mismo.

Así que, amigos, el poder de cambiar tu vida yace en tus manos. No mañana, no en un año. Ahora. Después de todo, el momento perfecto para empezar a amarte más y mejor… es este mismo instante.

Ah, el reencuadre, uno de los conceptos más poderosos que he tenido el placer de experimentar. No olvidaré nunca aquella vez en un pequeño café en Santiago, tomando un expreso doble mientras observaba a la gente pasar.

Cada persona parecía atrapada en su propia narrativa, sus problemas, sus dramas. Me pregunté: ¿qué pasaría si pudieran cambiar el marco de su historia? ¿Qué pasaría si pudieran reencuadrarla?

Había una mujer en la mesa de al lado, parecía angustiada. Estaba hablando por teléfono, y por su tono, estaba claro que la conversación no iba bien. Cuando colgó, no pude evitar notar cómo sus hombros se hundieron, como si llevara el peso del mundo en ellos.

Le dije: “Disculpa, no pude evitar escuchar. Pareces preocupada.” Al principio, se sorprendió, pero luego me miró y empezó a hablar.

Parece que había sido despedida recientemente y estaba luchando para encontrar un nuevo camino.

En ese instante, vi una oportunidad para aplicar el poder del reencuadre. “Imagina por un momento”, le dije, “si este evento no es un fin, sino un comienzo. ¿Qué pasaría si tu despido no fuera un fracaso, sino una liberación que te permite buscar algo que realmente te apasione?”

Ella me miró, sus ojos llenos de curiosidad, como si hubiera prendido una chispa en su mente. “Nunca lo había visto de esa manera”, respondió.

Y ahí estaba, el poder del reencuadre en acción. Con un simple cambio en la perspectiva, había pasado de sentirse derrotada a considerar nuevas posibilidades.

No digo que resolví todos sus problemas, pero sí le di un nuevo marco para mirarlos, y eso hizo toda la diferencia.

Así que aquí está el secreto: la vida te lanzará todo tipo de curvas, y cómo las enfrentas depende completamente del marco que les pongas.

Puedes ver un obstáculo como un callejón sin salida, o como una desviación en un viaje mucho más interesante. Al final, el paisaje de tu vida no está fijo; puedes cambiar el marco en cualquier momento, solo tienes que decidir hacerlo.

Con esa reflexión, nos despedimos. No sé qué pasó con ella después, pero tengo la sensación de que se fue con algo más que solo la preocupación que llevó al café. Ella se fue con una nueva perspectiva, una forma de reencuadrar su realidad, y eso, amigos míos, es algo poderoso.

Ahí estaba, de vuelta en mi apartamento después de ese encuentro inesperado en el café. No pude evitar reflexionar sobre el poder del reencuadre en nuestra vida diaria. No solo había cambiado la perspectiva de esa mujer, sino que había reforzado mi propia creencia en la capacidad del ser humano para adaptarse y crecer.

Y claro, no es que el reencuadre sea una varita mágica que haga desaparecer los problemas, pero lo que sí hace es ofrecerte un conjunto de lentes nuevos para ver el mundo.

Te da la libertad de elegir cómo interpretar tu experiencia y, a menudo, esa libertad es el primer paso para superar cualquier adversidad.

Unas semanas más tarde, me encontré con una situación en mi propio mundo que me puso a prueba. Me enfrenté a un rechazo profesional, algo que a nadie le gusta experimentar.

Por un momento, me sentí desanimado, preguntándome si estaba en el camino correcto. Pero entonces recordé ese día en el café y pensé: “Es hora de practicar lo que predicas.”

Reencuadré mi experiencia.

En lugar de ver el rechazo como un fracaso, lo vi como una oportunidad para aprender y mejorar. Me permití sentir la decepción, sí, pero no me quedé atrapado en ella.

Me pregunté: “¿Qué puedo sacar de esto? ¿Cómo puedo usar esta experiencia para crecer?” Y en ese reencuadre, encontré el valor para seguir adelante, con más determinación y claridad que antes.

Así que cada vez que te encuentres en una situación difícil, piensa en cómo puedes reencuadrarla. Pregúntate qué otras formas hay de mirar el mismo escenario. Quizás descubras que la solución a tus problemas no es cambiar el mundo a tu alrededor, sino simplemente cambiar la forma en que lo ves.

Y si alguna vez te encuentras en un café en Santiago, preguntándote por qué la vida parece tan complicada, recuerda que siempre tienes el poder de cambiar el marco de tu pintura. A veces, un pequeño giro en cómo vemos las cosas puede abrir puertas que ni siquiera sabíamos que existían. Ahí radica la verdadera magia del reencuadre.

Vivir en Weston, Florida, con Yaskary ha sido un nuevo capítulo en mi vida, un lugar donde la belleza natural y la serenidad del ambiente contrastan con el ritmo acelerado de mi trabajo como coach. Aquí, cada día es una nueva oportunidad para aplicar y enseñar lo que he aprendido.

Recuerdo a un cliente, Carlos, un ejecutivo en su cuarentena que se sentía atrapado en su vida laboral. Tenía éxito, pero no felicidad. Durante nuestra primera sesión, llevada a cabo en un pequeño y confortable despacho que monté en mi casa, me confesó: “Si esto es todo lo que hay, no sé si quiero seguir adelante”.

Pero aquí es donde entra en juego el poder del reencuadre. En lugar de sumergirse en su descontento, le pedí que se preguntara: “Si pudieras hacer algo más, ¿qué sería? No pienses en los límites, solo imagina.”

Carlos se mostró escéptico al principio, pero después de unos momentos, una sonrisa se asomó en su rostro. “Siempre he querido escribir un libro”, dijo.

“Entonces, ¿qué te detiene?”, le pregunté.

Como era de esperar, las excusas comenzaron a aflorar. No tenía tiempo, no era un buen escritor, tenía responsabilidades financieras, y la lista seguía. Así que lo sometí a un ejercicio de reencuadre.

Le pedí que viera cada excusa como un desafío a superar, no como un obstáculo insuperable. “¿No tienes tiempo? Hagamos un horario. ¿No eres un buen escritor? Hay cursos y editores para eso. ¿Responsabilidades financieras? ¿Cómo puedes reorganizar tu presupuesto o encontrar ingresos adicionales?”

Fue asombroso ver cómo Carlos comenzó a cambiar. A medida que avanzábamos en las sesiones, fue como si hubiera desbloqueado una parte de sí mismo que estaba latente, esperando ser descubierta. Y todo comenzó con el simple acto de reencuadrar su situación, de ver las posibilidades en lugar de las limitaciones.

Vivir en Weston me ha dado el espacio para reflexionar y enfocarme en lo que realmente importa. Tal vez es el aire fresco, la naturaleza o simplemente el amor y el apoyo de Yaskary, pero cada día me siento más conectado con mi misión de ayudar a otros a encontrar su camino, a cambiar su marco, a reencuadrar su vida para que puedan descubrir lo que realmente es posible.

Yaskary siempre ha sido mi roca, recordándome el poder de mantener una perspectiva positiva incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Juntos, hemos creado un ambiente donde las personas pueden sentirse seguras para explorar, cambiar y crecer.

Entonces, si alguna vez te encuentras en la soleada Florida y sientes la necesidad de cambiar tu perspectiva, sabes dónde encontrarme. Estoy aquí para mostrarte que el cambio no solo es posible, sino que muchas veces, está a solo un reencuadre de distancia.

Imagínate en una sala llena de personas, todas con historias diferentes pero con un objetivo común: desbloquear su potencial.

Me subo al escenario, los focos me iluminan y me dirijo a la audiencia. “¿Alguna vez se han sentido atrapados en una historia que no les gusta? ¿Una historia en la que no son los héroes, sino los extras o incluso los villanos?”

Veo caras asentir, y ahí es cuando suelto la pregunta clave: “¿Qué pasaría si les digo que tienen el poder de cambiar esa historia, de reencuadrarla?” Un murmullo llena la sala; se siente como si una chispa acabara de encenderse en la conciencia colectiva.

Ahora, imagina a Ana, una mujer que ha luchado durante años con su autoestima. Ella siempre se ha visto a sí misma como menos que los demás.

Pero aquí viene la clave: Ana está aprendiendo a quererse a sí misma. No es un camino fácil, pero ella lo está intentando. ¿Y si Ana pudiera cambiar la forma en que ve su propia historia?

Entonces digo: “Ana comenzó a escribir en un diario todas las cosas que apreciaba de sí misma, por pequeñas que fueran. Al principio, las palabras eran esquivas, pero con el tiempo, se volvió más fácil.

Estaba, en esencia, aprendiendo a quererse a sí misma de una nueva manera, reencuadrando la narrativa que se había contado durante años.”

Algunos en la audiencia se sienten identificados. Continúo: “Ana también empezó a hacer cosas que la hicieran sentir bien, cosas que siempre quiso hacer pero que nunca se atrevió.

Y en cada acción, en cada pequeño triunfo, estaba aprendiendo a quererse a sí misma un poco más.”

Las cabezas asienten. La gente empieza a entender.

“Y quizás lo más importante, Ana comenzó a rodearse de personas que la valoraban, que la apoyaban. Ya no era solo ella quien estaba aprendiendo a quererse a sí misma, sino que estaba en un entorno que la ayudaba a hacerlo.”

Ahora la sala está en silencio, colgando de cada palabra. “Porque, al final del día, aprendiendo a quererse a sí mismo es un viaje, y en ese viaje, el paisaje puede cambiar muchas veces. Lo que importa es cómo eliges ver ese paisaje, cómo eliges enmarcarlo.”

Cierro mi plática con una nota de esperanza. “Así que si alguna vez te sientes atrapado, si alguna vez te sientes como Ana, recuerda que tienes el poder de reencuadrar tu historia. Y tal vez, solo tal vez, descubras que estás aprendiendo a quererse a sí mismo de una forma que nunca imaginaste posible.”

Y así, mi querida audiencia, cada uno de ustedes se va no solo con un nuevo concepto en mente, sino también con una herramienta poderosa para aplicar en su vida cotidiana. Ahí radica la magia del reencuadre. Y en ese reencuadre, quizás encuentren la clave para aprender a quererse a sí mismos de una forma completamente nueva.

Miro a la audiencia y les digo, “Ahora, imaginen una pared, una barrera que han construido. Esa barrera les impide aprender a quererse a sí mismos.” La sala se llena de una tensión palpable; todos sienten la seriedad del asunto.

“Ahora, ¿qué pasa si esa pared no es realmente una barrera, sino una pizarra en blanco?” Sonríen; estoy viendo que algunos empiezan a captar la idea. “Exacto, estás aprendiendo a quererse a sí mismo al ver esa pared como un espacio para crear, no como un límite.”

“Tal vez has escuchado la frase ‘eres tu peor crítico’. Pero, ¿qué pasaría si te conviertes en tu mejor aliado?” Veo rostros pensativos; están sopesando la idea. “Porque cuando haces eso, estás no solo rompiendo barreras, sino también aprendiendo a quererse a sí mismo desde un nuevo ángulo.”

Y aquí viene la clave. “Empezar a plasmar en esa pizarra en blanco las palabras y creencias que te empoderan, no las que te limitan.” Siento un cambio en la energía de la sala. “Estás, en efecto, aprendiendo a quererse a sí mismo al convertir esa pizarra en un mural de afirmaciones y éxitos.”

Pero no olviden, la acción es fundamental. “Puedes tener todas las ideas del mundo, pero si no actúas, se quedan como sueños.” Noto un cambio, una determinación creciente en los ojos de la gente. “Y cada acción que tomes en pos de esos sueños, es un paso más en el camino de aprender a quererse a sí mismo.”

Termino con una nota de empoderamiento. “Así que la próxima vez que te encuentres frente a una barrera, una pared, recuerda: tienes el poder de reencuadrarla, de transformarla.” Veo asentimientos y sonrisas; algo ha cambiado. “Y al hacerlo, estás aprendiendo a quererse a sí mismo de una manera más rica, más plena, más verdadera.”

Los aplausos llenan la sala. Pero más que los aplausos, lo que realmente me llena de satisfacción es saber que estas personas están saliendo con una nueva herramienta: el poder del reencuadre para transformar sus vidas. Y en ese proceso, cada uno ha dado un paso más hacia el objetivo final: aprender a quererse a sí mismo.

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Hola! Soy Reynaldo Reyes, fundador del instituto Coaching Evolution USA

Mi pasión por la comunicación, el coaching y la Programación Neurolinguística (PNL) me ha llevado a convertirme en un experto en estas áreas. Como licenciado en Comunicación Social y Coach profesional con credencial PCC de la International Coach Federation, tengo una amplia experiencia en el campo de la comunicación y el coaching.

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2 thoughts on “El poder del Reencuadre en la PNL: Aprendiendo a Quererse a Sí Mismo””

  1. Gracias Reynaldo por este maravilloso articulo e historia del reencuadre. Siempre añadiendo valor y trayendo grandes enseñansas para enriquecer nuestras vidas. Le doy gracias a Dios por ser parte de este grupo de emprendedores y profesionales de diferentes paises. Que Dios los siga guiando y bendiciendo a usted y Yaskary en cada proyecto y gracias por tomar esa gran decision de crear el instituto CoachingEvolution USA que continua transformando la vida de muchas personas y familias alrededor del Mundo.

  2. Imagina una llave que posees y le das otro giro para abrir la puerta…El conocimiento es poder. Gracias por tan valioso artìculo.

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